viernes, 27 de mayo de 2016

Artículo



El grafiti y la razón sensible
Por: Andrés. F. Corredor/ Diego. S. Moreno/ Universidad Central de Colombia
La palabra Grafiti proviene de la palabra griega ‘Graphein’, que significa escribir; luego de ello, se acopló con la palabra ‘Graffito’ y así se le dio una forma plural al mismo. Consiste en plasmar en pared distintas expresiones, bien sean en texto, por medio de imágenes o situaciones sociales que identifiquen a una o varias partes de la sociedad.
El boom del grafiti se dio en la década del 60, cuando los movimientos sociales eran cada vez más comunes en países como Estados Unidos y la Alemania ocupada. La mayoría de estos querían expresar protesta contra varios temas que afectaban a la población; que deseaba ansiosamente la atención del gobierno y los medios de comunicación; una población que deseaba romper el silencio.
Uno de los primeros artistas conocidos fue un joven griego llamado Demetrius, que se apodaba a él mismo como Taki 183; Demetrius en esa época era un mensajero de la ciudad de Nueva York; se caracterizó por pintar y firmar en cada una de las zonas donde entregaba paquetes y documentos.
Luego de esto, varios jóvenes empezaron a admirar e imitar esta costumbre y después se le empezó a relacionar con la cultura Hip Hop. Estos jóvenes buscaban volverse famosos con una práctica que se convirtió en un problema serio para la administración de la ciudad, que gastó por lo menos 300 mil Dólares sólo en la limpieza del metro.
Una de las características que adquirió el Grafiti fue básicamente que entre más peligroso y de difícil acceso era el sitio, más status adquiría el que pintaba allí.
A la práctica de firmar los sitios donde se plasmaban dichos grafitis se le conocía como ‘Tag’ o ‘Taggin’, que se caracterizaba porque la firma del dibujante era un garabato; que después se convertiría en un estilo de letra grande y estilizada. Este cambio se debe al afán de los artistas por conseguir más nombre y popularidad.

Fotografìa: Diego Moreno

El nacimiento de dicho movimiento está directamente relacionado a varios problemas morales por los que pasa el ser humano para la época, problemas que años después trataría Michel Maffesoli en su obra ‘Elogio a la razón sensible’, que aborda temas del ser humano frente a su creencia filosófica y su construcción de la moral y la personalidad, tal y como afirma:
“Así, a la moral del <<deber ser>> podría suceder una ética de las situaciones. Ésta, o más valdría decir, éstas se fijan en la pasión, en la emoción, en una palabra, en los afectos de los que los fenómenos humanos están formados.” Maffesoli (1997).
Esta frase se puede relacionar a la práctica del grafiti, básicamente porque éste surge como un movimiento de protesta frente a muchas situaciones que ocurrían y ocurren tanto en su época de creación como en la actualidad; además, el tema de las pasiones se relaciona directamente a la obra de Maffesoli, teniendo en cuenta el valor simbólico de estas creaciones artísticas y el valor que se le daba según el riesgo de plasmar dichas pinturas en lugares poco convencionales y riesgosos para el artista.
Llegando al ámbito internacional, el grafiti es muy popular en la ciudades de Latinoamérica, en las cuales, estas expresiones son otro método de protesta; en sí, el grafiti llegó a estos países en la década de los 80 y se empleó para plasmar situaciones del tipo social y deportivo, ya que en países como Uruguay y Argentina se enfocó mucho hacia el tema del fútbol.
En la ciudad de Bogotá, el grafiti es una de las expresiones urbanas más grandes, pero desafortunadamente incomprendidas, esto debido a que lo consideran una forma de vandalismo y que básicamente entorpece la estética de la ciudad. Como este hay otros ejemplos en el mundo, como en Murcia (España) donde hacen una ardua persecución contra los grafiteros de la ciudad.
El grafiti en Bogotá es aclamado en la actualidad por la fidelidad con la que plasma varios puntos de la sociedad colombiana; debido a esto, se creó el ‘Bogotá Grafiti Tour’, creado por el australiano radicado en Bogotá Christian Petersen, que creó el tour para habitantes de la ciudad y para visitantes de otras ciudades, no sólo de Colombia, si no del mundo. Una curiosidad del mismo es que se realiza en idioma Inglés.
El tour se realiza los días martes, jueves y sábados, de 1PM a 4PM y comienza por el Parque de los Periodistas, luego continúa por distintas zonas del centro de la ciudad, como el Chorro de Quevedo y La Candelaria. Además de las localidades del centro, Suba y Engativá también tienen diferentes espacios donde se plasma el grafiti bogotano.
En el marco legal, el grafiti en Bogotá se legalizó en el año 2011, ya que antes no existía una normatividad clara sobre el mismo; todo ocurrió debido a un hecho que marcó el arte en sí en la ciudad de Bogotá; la muerte sin aclarar de Diego Felipe Becerra que se cree, fue a manos de la Policía Nacional.
Fotografìa: Diego Moreno
Ese es otro tema fundamental que aborda Maffesoli en su obra, el arte como verdaderamente una visualización estética de la realidad humana, donde el autor afirma:
“En cada uno de estos casos, el arte de pensar es verdaderamente un arte e integra una dimensión estética que más tarde fue aislada en la esfera de las ‘bellas artes’, es decir, se le situó en un lugar para usarlo como distracción y como característico de lo no serio de la existencia por oposición al sentido de lo útil, del poder.” Maffesoli (1997).
Este fragmento de su obra es fundamental para entender el por qué esta demostración artística fue considerada ilegal por varias décadas, como si se tratara de una división del concepto de arte, tal como se hace con las demostraciones de la denominada ‘alta cultura’ y la artesanía que representaría lo vulgar, donde la segunda pierde rigurosidad ante la primera, sólo por venir de una instancia que la sociedad no considera correcta.

Luego de este trágico hecho, se creó el Acuerdo 482, el 26 de diciembre de 2011, que básicamente trataba de reglamentar y controlar la práctica del grafiti en la ciudad. Dicho acuerdo se firmó en principios de 2012, con la participación de varias entidades de Bogotá, como el IDRD e IDARTES, mientras, por la otra parte, se presentaron poco más de 50 grafiteros conocidos en la ciudad.
Iván, más conocido en el mundo del grafiti como ‘REC’, es un artista bogotano, que ha dedicado 20 años de su vida en plasmar distintas expresiones por medio del grafiti, no sólo en la ciudad de Bogotá, ya que también ha pintado en Cali y Santa Marta. REC inició su trabajo en el mundo del grafiti por la influencia de varios amigos y gracias a la llegada de las culturas del Break Dance y el Hip Hop en Bogotá.
Fotografìa: Diego Moreno
Actualmente, REC se dedica a plasmar su arte en las localidades de Suba y Engativá, donde ha trabajado en conjunto con IDARTES para promover e incentivar la práctica del grafiti en dichas localidades.
Él y otro gran número de grafiteros bogotanos han impulsado dicha cultura en la ciudad, llegando a crear el Comité del Grafiti en la ciudad, para empezar a crear una reglamentación  con respecto a los lugares permitidos por la administración de Bogotá para poder realizar esta práctica.
La creación de dicho comité se dio por una polémica con la nueva administración de la ciudad, donde, días después de la posesión de Enrique Peñalosa como alcalde de la ciudad, se empezó a pintar de azul la Cll 26 en la ciudad. Cosa que enfureció a los grafiteros de la ciudad, que afirmaron, estaban tapando los murales que habían creado.
Días después, dicha polémica se aclaró por la intervención de Daniel Mejía, subsecretario de seguridad y convivencia de Bogotá, quien dijo que las zonas pintadas se limpiaron para la creación de otros murales.
Además de esto, la administración de la ciudad afirmó que apoyará totalmente la práctica de estas expresiones artísticas en Bogotá, mientras se hagan en los lugares establecidos, por lo cual, se inició con la creación de dicho comité. Para ser parte del mismo, los requisitos básicos son: ser mayor de edad y haber asistido a por lo menos 3 reuniones de las entidades distritales con referencia a la práctica del grafiti.
Esto es uno de los factores que trata Maffesoli, cómo un movimiento, pensamiento, colectividad, etc, se convierte en institución; el hecho de crear comités que regulen una manifestación que, se supone, empezó como un método de protesta es una contradicción a su primera premisa. Aunque también podemos tener en cuenta la gran influencia que tuvieron las instituciones del gobierno para hacer del grafiti (por lo menos en Bogotá) una institución más en el sistema.
Además de la conformación de la institución, podemos tener en cuenta otro punto tratado avanzando un poco más en la obra de Maffesoli, que tiene que ver con el sentido de pertenencia y el gusto por pertenecer a determinado nicho; éste afirma:
“Esas figuras son como caricaturas mágicas en las que cada uno, en función de sus gustos, de sus intereses, de sus deseos, puede reconocerse o expresar su sentimiento de pertenencia.” Maffesoli (1997).
Antes de dicha premisa, Maffesoli aborda el tema de la construcción del ser por medio de figuras base; como los ídolos y las figuras que para nosotros transmiten admiración y respeto; como las estrellas musicales o deportivas; sin excluir a los gurús religiosos e intelectuales, que, por así decirlo, nos ‘inspiran’ a ser parte de algo.
Fotografìa: Diego Moreno
Dicho análisis se puede abordar en el tema del grafiti como el posible nacimiento de uno o más ídolos, sin tener en cuenta que también puedan nacer mártires (como en todo movimiento). Nacimientos que serían fundamentales para que se concrete la institucionalización del grafiti dentro de la sociedad.
Si tenemos en cuenta esto, que se haga del grafiti otra institución, marcaría dos puntos clave, uno positivo y el otro negativo, el primero concretaría la construcción de la identidad del individuo dentro de este grupo, pero, allí es donde llegamos al segundo punto, el movimiento como tal perdería dicha identidad y se volvería algo de carácter colectivo.
En conclusión, la cultura del grafiti se encuentra arraigada dentro de la sociedad como un método de protesta contra los reguladores de la misma, como un movimiento pacífico de rebeldía que durante décadas ha representado una crítica directa a las instituciones del estado y su propósito de alienar al ser humano.
El grafiti es una representación moderna, pero sobre todo, urbana; es una rebelión del ser humano contra los ‘dueños’ de la moral; por medio de algo tan hermoso como el arte, concepto tan subjetivo como la humanidad misma, que cambia a través de los años, el primero para evolucionar, pero, desafortunadamente, el segundo para hacer todo lo contrario, ya que la humanidad cada día que pasa, se aliena más y más.



 Bibliografía:
- http://www.elespectador.com/noticias/bogota/distrito-convoca-artistas-de-bogota-instalar-el-comite-articulo-620800

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